Caroline es una chica común y corriente. Tiene un trasero redondo delicioso que es su mayor facultad, pero también tiene unos senos paraditos que solo dan ganas de tenerlos en la boca cada vez que los muestra sobre sus franelas.
Caroline es una chica ardiente y muy cabrona, pues su última relación solamente fue un escaparate para sentir que es la infidelidad más cachonda que un ser humano pueda experimentar.
Noche de viernes, se acerca navidad y Caroline se levanta con una imagen en mente: un pene gigante entrando y saliendo en su vagina.
Caroline sabe que es una mujer muy sensual y que conseguir un macho semental para que la penetre solo será cuestión de minutos en la disco.
Todo el día estaba acicalándose para ser la chica más sensual de la discoteca, sin imaginarse que aquella noche iba a gozar, pero de una forma muy diferente a la que se imaginaba.
En la disco Eliptica, Caroline llegó con una amiga, quien después de varias horas tuvo que irse de lo ebria que estaba, dejando a Caroline prácticamente sola.
Un tipo la fichó y se le acercó. El tío solo quería follarsela e iba a hacer todo lo necesario para lograrlo, al fin de cuentas la chica estaba sola y el efecto de algunas cervezas y cócteles ya estaba haciendo de las suyas.
Caroline tuvo la mala suerte que el tipo que intentaba seducirla le echó una droga en su último vaso de cerveza y en cuestión de una hora estaba tan sumisa que el tipo iba a hacer lo que quisiera con ella.
El tío se la llevó en su auto en dirección a un motel. Caroline aunque estaba drogada, aún tenía un poco de conciencia que le permitía caminar y balbucear algunas cosas.
Cuando ya estaban en el motel, Caroline cayó por completo y el festín para el tío violador apenas comenzaba. Primero empezó a rozar su verga en la cara, para después meterla en su boca y propiciar una mamada no consentida que le hizo poner la polla dura al tío.
Caroline tenía un vestido con una licra por dentro, que fue cuestión de minutos para que ya no estuviera sobre ella, para así el tió empezar con una sesión de sexo oral que prácticamente dejó seca la vagina de Caroline.
Era tanto el placer no consentido que en su inconsciencia Caroline alcanzaba a tirar algunos gemidos de placer, todo en un trance que quizá para ella sería la sesión de sexo con su príncipe azul, pero la realidad es que la estaba violando un orco.
Su culito virgen por fin le llegaría la hora de ser desflorado, y para ello el tió primero lo lubrico con su saliva, sin importarle que condición de ano tuviera Caroline. Por fortuna estaba higiénico y el tío gozó por vario minutos comerse un trasero grande y tentador.
La verga del tío se puso dura y la violación apenas empezaba, pues la tanguita de color púrpura con encaje azul de Caroline se corrió para un lado y la faena de entre y saca le hizo entrar en éxtasis así estuviera en trance de droga.
Fueron casi 2 horas y media donde el tío hizo lo que quiso con Caroline, quien quedó abandonada en ese motel de 3 estrellas.
Al otro día Caroline entró en razón y quiso comprender lo que le sucedió. No se sentía mal pues en últimas ella quería follar, pero no se imaginó que la terminaran violando.
Caroline sigue recordando aquel día y espera que el tío violador vuelva a encontrarla, pues en su morbo interno le quedó gustando tanta aberración.
Caroline le gusta ser penetrada y tu puedes ser el próximo.
Safashi.
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