En su tiempo libre, Juana en las noches sale a cazar violadores. Se viste como prostituta y se deja atrapar para luego asesinar a quien la intenta usurpar. Sus situaciones de vida le moldearon esa violenta forma de pensar.
Juana frecuenta una discoteca de clase media donde cada noche sale con un chico diferente, generalmente los más sensuales del sitio, pues no es para menos, pues Juana es una mujer con un cuerpazo sensual y un rostro porno pero esencialmente bello.
Martín fue su víctima de la noche de noviembre, vísperas de la celebración del día de los muertos, cuando en Ciudad de México Juana decidió a quién otorgar su máximo placer.
Fue solamente un intercambio de miradas para que ese par quedará atrapado en la lujuria impetuosa producto de la mezcla de licores con algunas anfetaminas.
Ambos se fueron a un lugar privado para empezar a desfogar su pasión. Juana se fue desvistiendo poco a poco hasta dejar ver sus parados y redondos senos en los cuales Martín jugueteó por varios minutos. La vagina de Juana chorreaba baba y Martín se lo trago todo.
El sexo oral fue la mejor parte, pues Juana es una maestra de la felación y se pegó de su verga por un buen rato practicando todas las formas de movimiento de lengua y chupada de bolas. El beso negro también fue parte de esta faena de sexo ardiente.
Dos desconocidos dándose placer del bueno, como dos enamorados que en sus mentes sueñan con pasar una vida juntos. La pasión fue constante y por muchas horas estuvieron juntos.
Antes de salir cada uno con su rumbo, Juana le dió una sorpresa no grata a Martín, una puñalada en su corazón, que lo desangró en el sitio.
Juana siempre mataba a sus victimas sin importar quienes fueran, toda una viuda negra traumada por su pasado y con una belleza superior que cautiva a muchos. Mucho ojo con dejarte seducir por Juana.
Safashi.
